Actualmente, dependemos muchísimo de nuestros equipos móviles, dígase teléfonos celulares; y ciertamente nos han traído una cantidad de opciones para poder realizar muchas cosas durante la movilidad del día a día. Entre éstas; tenemos las aplicaciones de bancas digitales; y monederos digitales; que ciertamente son más que útiles, pero también pueden ser bastante peligrosas si no están seguras, tanto por el lado del banco como por el lado del usuario.

Ya hemos leído, visto y escuchado de gente a la cual le “roban” su teléfono; y a los pocos días u horas le han vaciado sus tarjetas de débito mediante transferencias; o incluso pedido préstamos pre-aprobados mediante la aplicación; lo cual no hace notar algunas cosas:

1. El teléfono es fácilmente vulnerable para poder ingresar a éste.

2. La aplicación bancaria no tiene ningún tipo de contraseña más que la del teléfono, o también es fácilmente vulnerable.

3. El banco cada vez trabaja menos con personas y más con “robots” o algoritmos para procesar sus pedidos.

4. El dueño del teléfono no sabía que hacer en casos de robo o extravío.

Por lo que aconsejamos siempre usar con cautela y precaución los elementos y aplicaciones celulares, así como usar también aplicaciones de seguridad en ellos.

Por ejemplo, todos los teléfonos actuales tienen la opción de poder ser bloqueados de forma remota por el dueño de éste desde un computador; en los teléfonos Android existe la opción de tener perfiles personales como de trabajo con clave, o incluso tener aplicaciones con clave del usuario, además de las del propio banco.

Como siempre decimos hay dos tipos de acciones, las que realizamos para evitar problemas o preventivas y las que hacemos cuando el problema ya está allí, o reactivas.

Empecemos por las preventivas:

1. El teléfono debe de tener si o si algún tipo de seguridad ya sea por clave o biométrica, y debe de estar siempre actualizado a la última versión, dado que siempre vienen con “parches de seguridad” en sus actualizaciones.

2. El teléfono debe de permitir la opción de borrado remoto e inutilización de la unidad en caso sea necesario. Esto usualmente en la página oficial de la marca del equipo; o en google directamente en caso de ser un equipo Android, en la mayoría de los casos.

3. Debemos de instalarle al equipo opciones para que nos pida siempre contraseña o clave para la instalación de otras aplicaciones.

4. De ser posible, pagar los seguros contra robos de las tarjetas del banco que usemos.

5. No tener fotos de las tarjetas en los equipos telefónicos.

Ahora, veamos las reactivas, es decir cuando nos robaron el teléfono celular:

1. Cancelar todas las tarjetas bancarias desde la banca telefónica de nuestro banco.

2. Mandar a eliminar toda la información del teléfono desde a web de la marca.

3. Bloquear el equipo desde el operador, en caso haya sido comprado a éste; o que anulen la tarjeta SIM para que no reciba llamadas ni mensajes de texto (SMS) que permitan usar las opciones de “olvidé mi contraseña” que tienen varias aplicaciones.

4. Entrar a las webs de nuestros correos electrónicos y redes sociales, indicando el cierre de todas las sesiones abiertas en ese momento para evitar el uso de éstas; si es que por algún motivo lograron ingresar.

5. Cambiar las contraseñas de correos electrónicos, y redes sociales, inmediatamente después de cerrar las sesiones.

6. Poner la denuncia en la policía, no por que haya muchas esperanzas de recuperar el equipo; pero por que si aun así lograron sacar dinero de alguna cuenta bancaria; la denuncia es necesaria para poder pedir la devolución al banco en cuestión.

Esperamos que esto no les suceda en realidad, pero como siempre decimos por aquí, es mejor tener un seguro y no necesitarlo que tener la necesidad y no tener el seguro.

Julio V. Valdez Aguinaga

Ingeniero de Sistemas

Master of Sciences

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