Los riesgos de adquirir la costumbre de creer que podemos hacer todo por todos y en cualquier momento, así como varias tareas a la vez .

El teletrabajo nos ha traído muchos beneficios, sobre todo a los padres de familia; podemos estar en casa cuando los chicos llegan del colegio; estamos allí cuando hay preguntas específicas, los ayudamos en sus cosas de ser necesario.

Pero, llegamos a un punto en el que sin darnos cuenta queremos hacer todo y al mismo tiempo, queremos llevarlos a sus clases de natación, luego del colegio; mientras tenemos una reunión por Teams, con los audífonos puestos.

Queremos salir a comprar en la mañana los implementos que pidieron en el colegio, mientras estamos pensando en la siguiente reunión a probablemente 15 minutos; y que tendremos que tomar en el auto.

Nos preocupamos por cumplir con todas las reuniones de trabajo, fechas de entrega, límites de presentación; y además reuniones del colegio, de las clases extracurriculares, cumpleaños de los amigos de nuestros hijos. Vemos nuestros correos del trabajo ni bien nos despertamos, revisamos el whatsapp para ver que no nos hayan llegado algo urgente de trabajo, además de revisar los grupos de chat del colegio de los niños, de las clases de música, de fútbol, o de lo que lleva cada uno; estamos pendientes de todo; y a la vez de nada, porque en realidad no estamos poniendo TODA nuestra atención a un tema, sino un poco de atención a varios temas; y nos sentimos bien con eso, porque creemos que cumplimos con todos.

Pues déjenme decirles que todo eso, nos pasa factura y bastante pronto; llega el momento en el que dejamos de atender bien las reuniones por estar viendo el chat del salón de uno de nuestros hijos; o estas en una presentación de música de tu hija, y no la ves totalmente por estar viendo el teléfono a cada rato por un correo de trabajo “urgente” que debió llegar. Y esto no es todo, sin darnos cuenta estamos cargándonos de estrés, de presión propia por que al ver que no podemos cumplir con todo a como estamos “costumbrados” nos sentiremos mal, y empezarán los problemas estomacales, los dolores de cabeza, espalda, musculares, etc.

Si a todo esto le sumamos, que tenemos una vida sedentaria; sin ejercicios, y mala alimentación por andar de un lado a otro todo el día, pues déjenme decirles que vas a notar un deterioro en tu salud muy fuerte, y a veces sin vuelta atrás.

Digo todo esto porque me ha pasado, estoy aun en recuperación de varios males y síntomas que me aquejan.

Que he aprendido, pues que debo de:

- Trabajar dentro de los horarios que debo, nadie me va a dar un centavo más por sentirme mal después.

- Darle toda mi atención a un tema, al que este viendo en ese momento; si es una reunión de trabajo, una obra musical de mis hijos, un partido de tenis de uno de ellos, o simplemente una película en casa.

- Hacer ejercicio, sí; los médicos me han explicado, que debemos de hacer ejercicio al menos cada 48 horas, o es como si no hubiéramos hecho nada.

- Tener un pasatiempo, o hacer algo que me guste, dígase un tiempo para mi, en el que en realidad disfrute yo lo que estoy haciendo.

- Caminar, el cuerpo del ser humano esta hecho para caminar, no para ir en auto, en moto ni en scooter.

- Comer sano, el sobrepeso es un gran enemigo al que debemos de vencer, la comida chatarra, las gaseosas, las grasas saturadas, todos son venenos que al corto o mediano plazo nos hacen mucho daño.

- Y si estamos abrumados, conversemos con un profesional de salud mental, quitemos el estigma que los psicólogos y los psiquiatras son para los dementes; todos necesitamos ser escuchados, o simplemente desahogarnos de temas que ni siquiera sabemos que tenemos allí. Hay síntomas que creemos que son por ciertas enfermedades y terminan siendo por estrés puro.

- Delegar, si tienes un equipo de trabajo, confía en éste, y permíteles hacer para lo que se les contrató; en casa conversa con tu pareja, por decir que no puedes con todo no te van a ver mal, al contrario, ésta verá como ayudarte y quitar un poco de presión en esos temas.

- No tener miedo a decir que NO, a un pedido, a un cliente o a un grupo de temas de nuestros hijos, porque tenemos solo 24 horas al día.

- Y sobre todo, aceptar que no somos todopoderosos, ni tenemos el don de la omnipresencia.

Agradecemos siempre a todos ustedes que nos leen y que nos permiten dejarles unas cuantas letras que salen de nuestras experiencias y esperamos que los ayuden con sus trabajos del día a día, para mejorar y ser más eficientes.